Buenas tardes a todos y a todas.
Hoy vi un video que les recomiendo vean si o si, dura solo 8 minutos, se llama “Un mensaje del futuro II: Los años de reparación”. Es un relato hecho en acuarelas a mano, de alguien del futuro, que nos cuenta como para el año 2038, a través de la organización y de la lucha, las comunidades del mundo resistieron y desmontaron el sistema depredador, explotador y excluyente propio de nuestro régimen neoliberal y capitalista.
Al verlo no puedo dejar de pensar en que dicho video realmente retrata la ruta que el gremio reciclador organizado en Colombia ha ido soñando y ha ido construyendo. Y no puedo dejar de constatar que hoy (como si se tratara de un sueño futurista), hay una realidad de reconocimiento y remuneración real para los recicladores y sus organizaciones, por lo menos en Colombia y en algunos otros pocos países.
Hace veinte años, cuando nació Planeta Verde, pensar en remuneración por trabajo para los recicladores era imposible, pensar en los recicladores como proveedores de un servicio era imposible, pensar en los recicladores como empresarios de los residuos y creadores de valor agregado de manera significativa, era imposible…
La sociedad de entonces era una sociedad de “los imposibles”, sobre todo porque aquello que era “posible” en ese entonces como ahora, retaba o amenazaba el lucro de quienes desde el poder económico y político han definido y definen los límites, libertades y funcionalidad del resto de los sectores de la sociedad…
Con lágrimas, trabajo, sacrificio, solidaridad, con mucha visión (y recalco visión porque se podrá ser lo que se tenga el coraje de visualizar), las organizaciones de recicladores encabezadas por la ARB, lograron lo imposible …
Y es así como “la sociedad impositiva para quienes todo es imposible” de entonces perdió varias batallas contra los recicladores y contra la Corte Constitucional, pero está lejos de darse por vencida, y hoy trazan nuevos límites:
- • es imposible la exclusividad del reciclaje para los recicladores,
- • es imposible que los derechos de los recicladores y de los usuarios primen sobre los derechos de unas pocas corporaciones amparadas bajo la libre competencia, • es imposible que una “empresa de servicios públicos sea una asociación o una cooperativa”.
Y como antes, disfrazan sus límites desde la aparente flexibilidad de la norma consensuada o desde la inevitabilidad de la jerarquía normativa… disfrazan los límites llamando al recuadro trazado “El nuevo modelo de aprovechamiento o reciclaje”, donde lo único nuevo es la expulsión de los recicladores por todos los medios, y la apropiación del nicho del que han sobrevivido por casi un siglo.
No puedo evitar traer a colación como un mantra las palabras del Papa Francisco cuando en el numeral 122 de la encíclica recién expedida sobre la fraternidad y la amistad social nos recuerda que
“…el derecho de algunos a la libertad de empresa o de mercado no puede estar por encima de los derechos de los pueblos, ni de la dignidad de los pobres, ni tampoco del respeto al medio ambiente, puesto que «quien se apropia algo es sólo para administrarlo en bien de todos»”
Es así como la palabra “resistencia” cobra singular significado en este contexto, y va intrínsecamente ligada a la palabra “coherencia”; y si estamos aquí reunidos, y tenemos hoy algo que celebrar es definitivamente un testimonio primero de la resistencia de Planeta Verde frente a los embates de autoridades concubinas de empresarios inescrupulosos, y segundo de la coherencia con la cual lo ha hecho, fiel a la solidaridad y equidad propia de la figura organizacional que hace 20 años escogieron para navegar estas turbulentas aguas: La Cooperativa de trabajo asociado Planeta Verde hoy resiste, por la fuerza de las entonces semillas sembradas en cada uno de sus miembros, aliados, y amigos, que hoy se levantan como ramas y lianas de solidaridad frente a sus hermanos y hermanas. Resiste por la esperanza que su sola existencia y ejemplo despierta en propios y extraños, ajenos a la lucha y a la vez tan decisivos en la misma, no en vano Liliana hoy motivó la toma de postura a la cual temen tanto los titiriteros de esta sociedad de consumo.
La cooperativa de trabajo asociado Planeta Verde hoy resiste porque hay en todo el territorio nacional luchas hermanas semejantes, representadas en las organizaciones miembros de la Asociación Nacional de Recicladores y sus regionales. Resiste porque en Latinoamérica, por lo menos tres cuartas partes de los recicladores aún no pueden ver siquiera un futuro posible más allá del vertedero y las mafias, estamentos del gobierno municipal o empresas recolectoras que lo controlan. Y porque para millones de recicladores en el mundo, así como para los 96 asociados que reúne, que Planeta Verde permanezca, que no sea vencido y pueda seguir creciendo y mejorando el bienestar de sus miembros, es un asunto de dignidad de los pueblos, de dignidad de la clase recicladora.
Que el ejemplo de Planeta Verde inunde el alma de bases y líderes del sector reciclador en Colombia para que se sumen en esta cruzada y actúen en consecuencia por el derecho al trabajo, a la vida y al reconocimiento y remuneración de los recicladores.
Como en el video hecho en acuarelas del que les hablé al principio, les voy a contar que vamos a celebrar en algunos años cuando Planeta Verde vuelva a cumplir años…
La exigencia de derechos por vías judiciales, la movilización social, la movilización de opinión pública nacional e internacional, y el indudable el fortalecimiento en la prestación, y en cadena de valor de muchas, muchas organizaciones de recicladores llevarán al gobierno nacional a desmontar parcialmente políticas de expulsión de los recicladores de su nicho de trabajo.
La presión seguirá sin lugar a dudas, pero la negociación en bloque hará que no sean significativas las fugas por Responsabilidad Extendida del Productor; al contrario, dichas iniciativas serán con los recicladores o no serán sostenibles. Los pilares jurisprudenciales pese a ser atacados seguirán allí iluminando como faros los no negociables de los recicladores; y en aquellos municipios en que las organizaciones hayan dado pelea, parte de esta luz empezará a verse reflejada en PGIRS y medidas de los alcaldes. Los ciudadanos empezarán a preferir y a defender a las organizaciones de recicladores, porque esta lucha llevada a la agenda pública demostrará que todos somos Liliana, Rosalba, Chucho, Martha, Gilberto, Nohra, Silvio, Maryuri, Gonzalo, Adelaida…
Las organizaciones y líderes de entonces también reflejarán varios cambios, y recuperarán o entenderán que la tarifa es tan importante como la permanencia en el oficio y los derechos de todos los recicladores; y que deben propender por sumar, toneladas y asociados, así como fortalecer vínculos con otras organizaciones de recicladores.
Y por cierto, las organizaciones adquirirán la filigrana técnica para defenderse de las entidades de control y vigilancia que solo buscan desacreditar, y el proceso de reciclaje emergente irá afinándose sin perder su naturaleza para finalmente tener que ser reconocido como una forma asociativa y cooperativa de prestación del servicio público de aprovechamiento o reciclaje.
Colombia segura siendo fuente de esperanza para millones de recicladores que gracias a lo que está pasando aquí, y pese a lo que está pasando aquí, podrán concebir un futuro mejor y diferente hacia el cual dirigirse, y por el cual luchar.
Muchas gracias por permitirnos acompañarlos en su ruta y en este tiempo de reflexión y celebración.
Federico Parra
WIEGO
Octubre 7 de 2020